21 de enero de 2009

Sobre abandonar la recompensa

Ibn Arabi

BismiLlah ir-Rahman ir-Rahîm
As Salam alaykum wa rahmatuLlah

« La Palabra divna ha traído en la lengua más santa la noción de
"Adoración Pura" (al-ikhlás). Aquel que purifica su adoración,
despojándola de la idea de "recompensa" , es un "hanafí" y sigue la vía
directa: por tanto, cumple conforme al Mandato y pertenece al "Mundo de
la Luz" ('alam al-nur), no al Mundo de la Recompensa ('alam al-ajr).

"Dios es la Luz de los Cielos y la Tierra" (C.24:35).
"Tendrán su salario y su Luz" (C.66:8).
"Su Luz va delante de ellos" (C.57:12).
"La Luz les ha dicho: Yo soy vuestro Señor", y ellos La siguen".

Los /muhaqqiqûn/ (los Gnósticos "confirmadores) han abandonado la
recompensa en Dios y no se la demandan; no tienen tiempo para eso, hasta
tal punto están ocupados en Él -Exaltado sea-. Aquel que deja que se le
escape su recompensa en lo que concierne a Dios, es el perdedor. Las
obras, que son los medios para los que se realizan las obligaciones y lo
que la tradición profética exige, obtienen ya una recompensa por su
simple existencia; por tanto, no te preocupes por ella. Los movimientos
del cuerpo producen frutos sensibles por ellos mismos; por consiguiente,
no te entretengas en pedir lo que ya acontece por su propia naturaleza,
porque malgastarás tu tiempo. Dios -Glorificado sea- ha dicho al
respecto de Sí Mismo: "Está cada día en una Obra" (Corán, 55:29). El
"día" es la unidad de tiempo, y "la obra del día" que te concierne fue
traída a la Existencia para ti, no para Dios. Él no necesita nada, y
nada puede llegarle de parte de Sus criaturas que Él no tenga ya por Sí
Mismo. Lo que ha creado lo ha creado para ti. Correspóndele, pues, y
ocúpate de Él. Estate tú tambien cada día en una obra para tu Señor,
como Él está cada día en una obra para ti. En verdad, "Él no te ha
creado sino para que Le adores" y para que te realices por Él, no para
que te ocupes de lo que no es Él. Y, sin embargo, lo que no eres tú ni
es Él es un don que ha de llegarte. Dios ha dicho al respecto de Sí
Mismo: "Yo no les pido sustento ni que me alimenten. Dios es el que da
el sustento (ar-razaq)" (51:57-58). Y si Él te dice: "¡Coge!",
contéstale: "Tú eres el que coge". Si te dice: "¿Cómo es que cuando te
digo que cojas me respondes que Yo soy el que coge? No hay nada que Yo
pueda coger", indícale tú: "Yo no sabría cómo coger, porque "coger" es
un acto, y yo no tengo ningún "acto". Tú eres el que coge, pues Tú eres
el Agente (al-fâ'il). Toma Tú mismo por mí lo que Tú me das, y no digas:
"Coge, tú (criatura), que no puedes coger", porque al decirme que coja
de Ti, extiendes un velo sobre mí. Yo no puedo tomar nada. Como Tú no
eres mío, y yo no tengo ningún poder para coger, si tratara de hacerlo,
obtendría la nada, que es el peor de los males. Si no... Pero pido que
me dispenses de continuar con ese diálogo peligroso, ¡oh Tú que tomas y
no puedes ser tomado, oh Tú que posees y no puedes ser poseído!" »

[/Extraído de "El libro de la extinción en la contemplación" de Ibn
(al)'Arabi, ed. Sirio/]

No hay comentarios: