13 de octubre de 2008

El Camino Naqshbandi de Dhikr

Sheij Hisham kabbani

¿Cuál es la diferencia entre la Naqshbandi y el resto de vías sufíes?




Es cierto que todos los caminos Sufíes conducen a la Presencia Divina. El Profeta (saws) dijo, "Las vías de llegar a Dios son tan numerosas como las respiraciones de los seres humanos." Las diferencias se centran principalmente en el ámbito del estilo y del gusto, y reflejan la necesidad de acomodo a la diversidad de caracteres de los aspirantes. Las diferencias también proceden de las individualidades extraordinarias de los grandes santos que marcaron cada de una las Tariqats ¡ Pueda Allah estar complacido de todos ellos!

También hay ciertas diferencias en el modo de aproximarse. La mayoría de caminos sufíes ofrecen a los aspirantes un gradual desvelamiento del ojo del corazón, llevado a cabo por medio de la práctica del Dhikr, el recuerdo de Allah. Este ejercicio espiritual puede contener la repetición de varios de los Santos Nombres de Allah. Algunos dhikrs incluyen prácticas diseñadas para romper el hechizo del mundo sobre la conciencia y empujar al practicante hacia un estado alterado de conciencia. Tales prácticas pueden incluir la repetición de muchos miles de frases santas [o "mantras"], a veces unido a ejercicios de respiración y frecuentemente acompañados de movimientos físicos. Sin ninguna duda, a través de la constancia y dedicación a la práctica de estos métodos, el aspirante puede experimentar estados espirituales y alcanzar estaciones inimaginables en un estado normal de conciencia. El aspirante puede sentir que vuela hacia las metas celestiales, contemplando las maravillas de los misteriosos y ocultos aspectos de la creación.

Si tus ojos han sido abiertos de ese modo, y si te has prendado de las grandes visiones que has contemplado, entonces mucho cuidado. Al embarcarte en el camino Naqshbandi, se eliminará tu vistoso plumaje y será reemplazado con el manto humilde de la oscuridad. Por eso la diferencia principal entre la Vía Naqshbandi y las demás es que mientras ellos dan, nosotros quitamos. Todo debe de desaparecer, igual que tu existencia separada. Empezando por estar sin nada, entonces podrás ser nada. Sólo aquellos que se dispongan a tomar semejante paso pueden ser verdaderos murids Naqshbandi. Mientras una gota cae del cielo, aún se la puede llamar gota. Pero en cuanto cae en el océano, ya no es una gota, es el océano.

Si alguien está interesado en buscar poderes y estaciones espirituales, puede buscarlos por medio de cualquiera del cuarenta caminos Sufíes, todas esas vías son para ello muy eficaces. Por medio de la recitación de los nombres más bellos de Allah todo el mundo recibe generosamente de acuerdo con su intención. Al fin, como sea que el buscador sincero sea herido con el remordimiento llegará a ser afianzado en el grado de estaciones y estados. Un día percibirá cómo ha caído víctima de la distracción y se dirá: "Oh mi Señor, he desperdiciado mi tiempo y mis esfuerzos en alguna otra cosa que Tu."

Si la vida de un buscador finaliza mientras está en esos estados, lamentará que lo distrajeron de buscar el Rostro Divino de Su Señor. Por eso, GrandSheij ha ordenado despojar a sus seguidores de sus adornos espirituales, de modo que se presenten a su Señor en perfecta humildad: "Éste es tu siervo, oh nuestro Señor; aceptadlo. Se ha olvidado de sí mismo y existe sólo por Vos." Ésta es su principal prioridad, y ayudar a sus seguidores para que lo hagan realidad es su deber.

En todos los caminos se entiende que las raras y encantadoras experiencias son el paisaje del viaje, no la meta. La meta es alcanzar su Presencia Divina por la atracción del Amado. El Santo Profeta Muhammad (saws) es la Guía y Ejemplo. En Su milagroso Viaje Nocturno, en que fue conducido por el Angel Gabriel primero de La Meca a Jerusalén y desde allí ascendendiendo por los Siete Cielos y entrando en la Presencia Divina, tras atravesar el abismo de todo el universo. Allah Todopoderoso nos informa en el Santo Qur'an que la visión del Profeta "no se extravía ni se descarría" (53:2) En otras palabras, vio y observó pero nunca permitió que esas visiones lo distrajeran de ascender hacia su más Elevado Destino. El Santo Profeta pudo observar esos signos sin ser distraído porque Su Corazón estaba sólo con Su Señor. Era el Amado de Allah. En cuanto a nosotros, somos vulnerables y de débil determinación. Esas experiencias y logros pueden concordar con los deseos de nuestros egos, pero la aniquilación nunca es una propuesta atrayente para el ego.

Por eso, en el sentido de proporcionar la máxima protección, los Maestros Naqshbandi usan una aproximación diferente para despojar de su velo al ojo del corazón. Hay 70.000 velos entre nosotros y la Estación del Profeta (saws). Un Maestro Naqshbandi rasga estos velos en orden descendente, empezando con aquellos más cercanos a la Presencia Divina y de allí sucesivamente hasta descender al nivel del murid. Este proceso continúa durante todo el adiestramiento del murid, hasta que no queda sino un solo velo, el Velo de Humanidad (ijab al-bashariyya), impidiendo la visión del murid de la contemplación de la Divina Realidad. Con el sentido de proteger al murid de la atracción a alguna otra cosa que su Señor, no obstante, el GrandSheij no rasga ese último velo mientras el murid no alcance el estado más alto de perfección, o hasta sus últimos siete alientos en el lecho de muerte.

Si se quitan los velos del más bajo hacia el más elevado por medio de prácticas místicas, el murid observará una sucesión de panoramas nuevos. Pero su visión puede impedirle avanzar. Aquellos que logran tales estaciones durante esta vida pueden descubrir que han llegado a ser poderosos y famosos entre la gente. Están en peligro. Poder y reconocimiento son condiciones que llevan al mundanal materialismo. El ego nunca desperdiciará una oportunidad semejante para demandar su porción de la excitación y la admiración, y por tanto corrompe por completo el proceso de esfuerzo espiritual.

El aspirante Sufí debe de buscar a su Señor, no fama. Mirad la historia de la más famosa Santa Mujer, la Virgen María, que una vez rogó (Surat Maryam, 23):

"¡Ojalá y hubiera muerto antes de esto desapareciendo en el olvido!"

Ella le ha enseñado a toda la humanidad que busquemos sólo ser oscuridad a la vista del mundo, y no buscar reconocimiento. El esfuerzo por el poder y la fama es una pesada carga. El Sufi busca más bien ser olvidado en el Océano de Unidad de Allah Todopoderoso.

Los Sheijs Sufíes Naqshbandi dicen que quienquiera que trabaje según la serie siguiente de consejos, y actúe de acuerdo a ellos, logrará alcanzar las altas estaciones, especialmente la Estación de Proximidad (Qurb) a Allah, Quien es Poderoso y Sublime, en el Día de Resurrección. La fiel y diligente aplicación de estas prácticas son un seguro para templar la influencia de los elementos más bajos que existen en cada ser humano: el nafs (ego); dunya (lo mundano); hawa (vanos deseos) y shaytan (el demonio). Una persona que logre guardar estos principios de la Orden Naqshbandi alcanzará la luz de su Maestro, que lo alzará a la Presencia del Maestro Supremo, el Profeta (saws), quien a su vez, lo alzará más allá hasta la Estación de Aniquilación en Allah.

Allah Poderoso y Sublime enseñó al Profeta Muhammad (saws) buenos modales, por esa razón el Santo Profeta (saws) dijo, "Mi Señor me enseñó buenos modales y perfeccionó Su Enseñanza." La mejor de las maneras consiste en observar las órdenes de Allah, y el buscador debe de seguir el ejemplo del Profeta (saws) en guardar las obligaciones hacia Su Señor y en seguir el camino espiritual. Debe de ser constante en guardar el adab de la Orden, hasta lograr el conocimiento de la shari'ah y la tariqat. El principiante bebe siempre empezar por el principio. Debe reconocer la diferencia entre Shari'ah y tariqat. Shari'ah es una realidad que es obligatoria para cada creyente hombre y mujer. Más concretamente, la Shari'ah consiste en practicar aquello que Allah ha ordenado y evitar aquello que ha prohibido. El creyente se confía en guías que le indicarán claramente qué descartar y qué seguir. El Qur'an y la Sunnah son la base de toda guía. Los juicios Madhahib de los cuatro Imames, los comentarios de los estudiantes y de sus herederos vivientes transmiten y aclaran la guía. Quienquiera que observe esta guía estará en el ira al-mustaqam, el camino recto.

Tariqat es la intención firme ('azamah) de la shari’ah. No existe fuera de la shari’ah. Es la resolución de seguir la Sunnah del Profeta (saws) tan completamente como sea posible en cada aspecto, tanto externa como interiormente, en lo evidente y en lo oculto, en lo exotérico y en lo esotérico, en lo físico y en lo espiritual. Para seguir la Tariqat el murid pone su confianza en el juicio del Sheij para el entendimiento correcto y programa de aplicación de la guía del Qur'an y la Sunnah. El murid coloca su mano sobre la mano de una persona autorizada, un Maestro vivo y debe de actuar como le sea indicado por él. Debe de estar preparado en todo momento para recibir las órdenes de su Maestro, del mismo modo que el Profeta (saws) esperaba la llegada de Jibril con la revelación de Allah, Omnipotente y Exaltado. Del modo mismo debe de seguir las órdenes del Sheij, aplicándolas literalmente. Debe de tener el "adab de anticipación", que significa que debe esperar constantemente las órdenes de su guía. Debe de adoptar la actitud de un cazador acechando su presa, olvidándose de mirar en cualquier otra dirección. Su visión, oído, existencia y pensamientos deben estar listos para recibir las órdenes, y siempre debe estar preparado para llevar a cabo alguna nueva orden. De modo que ese hombre acabe siendo un maestro del adab de la Exaltada Orden Naqshbandi, y este tajalli (manifestación) llegue a ser evidente en él.

El murid debe observar su dhikr diario y debe obedecer la orden de su Maestro, sin desviarse a la derecha o a la izquierda. Grandsheij Sheij 'Abdullah ad-Daghestani dijo, "Mi lengua es la lengua del secreto de la shari'ah y del secreto del Qur'an." Entonces hizo una pregunta diciendo, ¿Quiénes son los soportes y protectores del Qur'an?" y él mismo contestó: "Los soportes y protectores del Qur'an son aquellos que ponen su pie en todas las estaciones elevadas y conocen con verdadera comprensión. Y no es justo, mis hijos, ¿qué debo indicaros para que sigáis este camino de modo que vosotros podáis alcanzar y descubrir estas estaciones?"

Sheij 'Abdullah ad-Daghestani continua diciendo, "quienquiera que recibe las llaves de las cinco staciones (maqamat) Corazón (qalb), Secreto (sirr), Secreto del Secreto (sirr as-sirr), Oculto (khafa), Más Oculto (akhfa) es quien tiene cuidado de llevar a cabo el Adab y el Awrad en su manera correcta. Esto les capacita a alcanzar la Estación de Bayazid al-Bistami (q), cuando dijo, "Yo también soy el Real (al-Haqq)." Cualquiera que desee entrar en la Estación de los Dos Atributos del Real, Omnipotente y Exaltado: el Atributo de Belleza (Jamal) y aquel de Majestad y Gloria (Jalal) debe de seguir esta Vía.

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