30 de abril de 2008

Espiritualidad en el Siglo XX


San Francisco, EE.UU.
Agosto 15-21, 1990
sheij ahmad kuftaro

En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso, Creador de todos los cielos, la tierra, y todas las criaturas.
Agradezco mucho a la Asamblea de la Religiones del Mundo que me den la oportunidad de dar esta conferencia acerca de la espiritualidad en el siglo XXI.
Siempre que el hombre examina el universo con detenimiento, inevitablemente llega a la conclusiَn de que hay un Omnipotente Creador. El Universo estل todo integrado, como un sistema bien organizado, que prueba la existencia de un Organizador, un Gobernante, un Sabio excelso. Hoy en dيa, que estamos capacitados para explorar el espacio exterior, podemos ver de forma todavيa mلs clara la magnitud de la creaciَn de Dios y la posiciَn del hombre dentro de esta. El intelecto humano puede comprender mucho mلs que simples percepciones fيsicas, sino que es también capaz de percibir los aspectos espirituales del universo.
La compasiَn Divina es revelada y desciende a la humanidad a través de ciertos individuos, a los que Dios les ha dado una capacidad espiritual especial, que les permite percibir los secretos subyacentes del universo y sus misterios a través de sus almas, y transmitirlos a otros. Y llamamos a estas gentes profetas y apَstoles.
Abraham buscaba al Creador con empeٌo, y rechazَ al sol la luna y los يdolos de su gente. ةl se dio cuenta por si mismo de que Dios era el Hacedor de los Cielos y la Tierra. Esto es hoy en dيa mucho mلs importante y beneficioso para el hombre del siglo XXI, el esforzarse de forma sincera por tratar de encontrar la relaciَn entre él y su Creador. Esto es particularmente importante si el hombre investiga en los lيmites de la ciencia moderna, haciendo nuevos descubrimientos con el objetivo de tener mayor certeza de la Grandeza de nuestro Creador, y saciar su sed espiritual con verdad y realidad. Sin embargo, el hombre de hoy se ha separado de este noble objetivo, esforzلndose solo por conseguir una ganancia material, que lo ha llevado a perderse en el desierto de los placeres sensuales sin ninguna sombra, oasis ni descanso.
El hombre no puede alcanzar su salvaciَn sino es siguiendo el ejemplo de los profetas. La Divina Providencia protegiَ a Abraham de Nimrod, le permitiَ a Musa a dividir el Mar Rojo. Fue bajo el permiso de Dios que Jesْs resucitَ a los muertos, y que Muhammad hizo desvanecerse al ejército pagano con la ayuda de un puٌado de tierra. Estos profetas y apَstoles representan los ideales de humanidad, porque eran capaces de saciar la sed espiritual y quedar absorbidos en el amor a Dios. Sus vidas seguيan el camino recto, siguiendo los pasos de sus predecesores, confirmando las revelaciones de los profetas que vinieron antes que ellos.
La humanidad ha sufrido crisis y las calamidades a lo largo de toda su historia. Estos hechos, casi inevitables, han llevado a la decadencia moral que ha minado la estabilidad de la sociedad, y esto es mلs apreciable todavيa en el siglo XX, en el cual la seguridad y la felicidad de los seres humanos han llegado a su punto mلs bajo. Y esta tendencia seguirل en el siglo XXI si la humanidad no hace algo para solucionarlo inmediatamente, regresando a la verdadera espiritualidad.
Las religiones, que se suponen que deberيan ser siempre los manantiales continuos de la espiritualidad, son ahora, debido al abuso de algunos de sus hombres de religiَn y a las prلcticas inefectivas de estos, en un franco fracaso. No han sido capaces de garantizarle al hombre sus aspiraciones y la paz. Por otro lado, nuestros avances materiales, en los cuales el hombre ha puesto sus esperanzas, también han demostrado su incapacidad para satisfacerlo. La sociedad humana sufre hoy en dيa las consecuencias de las plagas y las infecciones producto de sus deseos animales, su crueldad y ateيsmo, que le roba al hombre la tranquilidad y la paz de corazَn. En consecuencia, la vida del hombre es amenazada por diferentes fuerzas, producto de sus desconsideradas acciones y creaciones, como la contaminaciَn, la desertificaciَn, el hambre o la amenaza de un holocausto nuclear.
Creo firmemente que la gente en la tierra no puede vivir de ninguna manera excepto bajo el gobierno de la leyes de Dios, que existen tanto para nuestras vidas morales como espirituales. Es siguiendo estas leyes como el hombre puede obtener la felicidad en este mundo junto con sus bondades. Sin embargo, el hombre ha rechazado la responsabilidad de cuidar de su ser espiritual. Ha dado rienda suelta a sus apetitos carnales, a la envidia y el egoيsmo, que son lo opuesto de la verdadera fe y ha dado lugar a la miseria que come en las fلbricas de la sociedad humana.
La soluciَn para los problemas del hombre estل en su regreso a la espiritualidad racional, que es la esencia de las enseٌanzas de las misiones proféticas. Aْn mلs, ésta completa la naturaleza interna humana en una relaciَn simbiَtica entre el cuerpo y el alma, que le garantiza la felicidad al hombre que tanto desea, garantizلndole ambos paraيsos, el de la tierra y el del cielo. Dios ha dicho: "Pero para aquellos que temen la majestad de su Seٌor hay dos paraيsos" (Cor. 55, 46).
La combinaciَn de la materia y el espيritu forma los cimientos sobre los cuales las religiones reveladas se sostienen. Su combinaciَn es un equilibrio que compensa aquello que los puede arrancar de estos cimientos, que le roba al hombre su vيnculo con su Creador.
Puede que lo que explique el aborrecimiento de la espiritualidad que aqueja a la mayorيa de las personas sean los aٌadidos culturales que se les ha unido a los largos de los siglos, y las luchas que han tenido lugar por motivo de estas innovaciones. Estas han empaٌado la bella visiَn del ahora y del mلs allل, y les han quitado a las religiones sus objetivos e intenciones legيtimas. En mi opiniَn, la responsabilidad de todo esto se encuentra en nosotros, los clérigos y representantes de las religiones, porque hemos fallado en reconocer o admitir la esencia y la realidad de las َrdenes Divinas, de las revelaciones, que muestran que han venido a través de sucesivos mensajeros, complementarios el uno del otro, y que el ْltimo no venيa a demoler al resto. No hay ni enemigo ni malicia en la esencia ni en la realidad de ninguna religiَn. No pueden contradecir la razَn, y son indispensables para el bien y la paz de la humanidad.
La causa de la discordia existente entre las religiones hoy en dيa es la falta de entendimiento y la cerrazَn de mentes que algunos sufren, asي como la falta de aprendizaje y de conocimiento. Esto es a pesar del hecho de que las religiones reveladas son Una y sus mensajes son esencialmente complementarios los unos a los otros. Muhammad, el profeta del Islam, nos ilustrَ este punto con la siguiente tradiciَn: "La relaciَn que existe entre mi y los otros profetas es como la de un hombre que construyَ una casa muy bella, pero que dejَ un hueco para colocar una piedra. La gente venيa y veيa la casa admirلndola, pero decيan: ؟por qué no han puesto esta piedra? Yo soy la piedra y el ْltimo de los Profetas". (Altaj aljami, vol. ·, p. 205)
El Corلn ilustra la unidad y la convergencia entre las religiones reveladas, y que unas se confirman a las otras, cuando Dios se dirige a los creyentes diciendo: "ةl ha ordenado para los hombres la fe que ةl te ha revelado, que siguieron anteriormente Noé y Abraham, Moisés y Jesْs, comandلndoos que la observaseis y no os dividierais en ella. Pero aquello a lo que los llamas es inaceptable para los idolatras. Dios elige lo que Quiere, y guيa a aquellos que se arrepienten. (Cor. 42:13).
Dios ha mandado en ciertos momentos a profetas, para solucionar los problemas de sus gentes y traerles la felicidad, tranquilidad y amor fraternal. Los apَstoles eran muchas escuelas porque eran instructores y educadores para sus gentes. Aْn mلs, el Corلn dice: "…pues no hay naciَn que no haya sido advertida por un apَstol" (Cor. 35:24).
Muhammad mostrَ con mلs claridad la funciَn de estos apَstoles y su conexiَn con las religiones reveladas cuando dijo: "Los profetas somos los hijos de un mismo padre, nuestra religiَn y fe es una, aunque nuestros cلnones o programas sean diferentes".
El Corلn cita los ejemplos de muchos de estos profetas. Cuenta la historia de Abraham, que denunciَ la adoraciَn de يdolos y la sumisiَn al despotismo. Dedica una sura completa a la historia de José, que rescatَ a su gente del hambre y la muerte gracias a su sabio consejo y las medidas econَmicas, después de haberle sido otorgado el puesto de tesorero de Egipto. El fue el ejemplo del ideal de enviado divino, amable y perdonador por naturaleza y con buena disposiciَn.
Y también nos menciona el Corلn la historia de Moisés, mostrلndonoslo como un hombre de gran espiritualidad, que garantizَ la libertad a los israelيes. El llamَ a su gente al monoteيsmo y a la obediencia de las leyes celestiales para que pudiesen alcanzar la felicidad humana. La victoria de Cristo sobre el materialismo es también mencionada en el Corلn. ةl probَ que el alma se puede curarse de todas sus enfermedades a pesar de la enfermedades crَnicas que en ella produce el materialismo.
Cuando la ignorancia prevalecيa entre las gentes de los imperios Persas y Bizantinos, que estaban desmoronلndose, y se dedicaban a hacer a la gente abandonar sus religiones, Dios mandَ a Muhammad para liberar a estas gentes de este imperialismo. Muhammad invitَ a la gente a que se esforzasen por la moral sublime a través de los ayunos y la oraciَn. Trabajَ porque se expandiese el conocimiento y la purificaciَn del alma, para buscar y realizar el ideal utَpico. En menos de medio siglo liberَ a la mitad de las gentes del mundo conocido en su tiempo. Su esfuerzo resultَ en la uniَn de buena parte de esta humanidad en una hermandad, estableciendo el nْcleo de un estado internacional, dando la oportunidad para que apareciesen entre los hombres de las siguientes generaciones hombres que viniesen a llenar el mundo con conocimiento, filosofيa, sed de aprender y espiritualidad.
La manera en la que Muhammad cumpliَ la tarea asignada fue la complementaciَn y cumplimiento de lo que las anteriores escuelas de pensamiento que se habيan establecido como producto del trabajo de los profetas anteriores a él. El Corلn resume la misiَn de Muhammad en el siguiente verso: "Dي: creemos en Dios y lo que se nos revelَ; creemos en aquello que les fue revelado a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las tribus; a Moisés y Jesْs y a los otros profetas. No hacemos distinciَn entre ellos, y a Dios nos sometemos" (cor. 2:136)
Dios sella en el Corلn el papel de Muhammad en el siguiente verso, y por el Muhammad es el sello de todos los mensajes celestiales: "No te hemos enviado sino como misericordia para los mundos" (Cor. 21:107)
En su papel como el ْltimo de los mensajeros celestiales, Muhammad define para la humanidad su funciَn cumbre en este mundo al decir: "El ejemplo de los creyentes en un solo Dios es como el de un cuerpo. Si un َrgano de este cuerpo empieza a quejarse de un achaque, el resto del cuerpo responderل con compasiَn con ganas de dormir y fiebre". De esta manera llamaba al establecimiento de una hermandad que le garantizase a la humanidad el paraيso en este mundo mientras el hombre llega al paraيso celestial.
Desde aquي llamo a mis colegas de las religiones reveladas a esforzarnos seriamente por crear esta comunidad fraternal, para poder realizar asي el paraيso en este mundo. La humildad sufre en este siglo las atrocidades de los frutos ganados con sus propias manos, como la pobreza extrema y la ignorancia. Y hace aْn mلs propaganda de su pobre situaciَn mostrando al resto de los hombres los vicios de la pornografيa y del abuso de los narcَticos, destrozando asي las bases de sus sociedades. Estas enfermedades auto infligidas estrechan los horizontes del hombre, quienes podrيan aspirar a fines mلs elevados con esperanza y optimismo, dلndoles oportunidades, en vez de verse abocados a aquellas cosas que le crean tanta desesperanza y angustia.
Por eso estoy aquي, llamando al establecimiento de instituciones y universidades cuyos graduados sean gente excelente en su habilidad en la cura de estas enfermedades en el siglo XXI, para que llamen al hombre a una vida mلs virtuosa, y sean ejemplos de piedad y buena conducta. Para que sean estos hombres y mujeres los que guarden los intereses de la comunidad humana y su bien.
Unلmonos y actuemos de acuerdo en este propَsito, empleando todos los medios cientيficos e intelectuales a nuestra disposiciَn. Tomemos la ventaja de todos los medios de comunicaciَn y de medio pْblicos disponibles para educar a las masas. Reconduzcamos el dialogo libre para restaurar la fe celestial y la espiritualidad de los profetas. Dios dice en el Corلn: "El bien es la recompensa para aquellos que realizan buenas acciones en esta vida, pero mucho mejor es la recompensa de la vida por venir. Bendito es el lugar de descanso de los justos" (cor. 16:30). Plantemos esta semilla, y trabajemos el sembrado, para que crezca y las generaciones futuras puedan disfrutar de las recompensas y los beneficios de nuestro duro trabajo y esfuerzos sinceros.
Que la paz sea con todos vosotros.

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