1 de junio de 2008

El camino hacia la perfección.

Sheij Nazim Al Haqqani



Vivimos para Allah, y esperamos morir por Él. Una buena vida es la que se vive por Allah, y se muere por Allah. Cuando estéis aquí, que sea por Allah, y cuando os marchéis, que sea por Allah. Así es como los musulmanes deben ser.

Todo lo que los musulmanes hagan debe ser por complacer a Allah. No deben preguntarse si complacerán a la gente o no. Preguntaos tan sólo si complacerá a Allah. Cuando deis algo en caridad, o brindéis hospitalidad a alguien, no esperéis nada a cambio. Incluso si os corresponden de mala manera, no os ofendáis. Actuasteis por Allah, no por una persona. Estáis cuidando de los siervos de Allah. Es sólo a Allah a quien deseáis complacer.

Si dais caridad a alguien que os corresponde mal, no os aflijáis. Hay un dicho: “Da caridad, y arrójala al mar”. Tomar, por ejemplo, un trozo de pan duro y tirarlo al mar. Los peces vendrán y comerán de él sin saber nada de vosotros. Ellos no saben quién les ofreció esa caridad, pero el Creador sí lo sabe. Hacedlo todo por Allah. Nunca esperéis gratitud de los demás. Como los peces. No os arrepentiréis. Es una gran cualidad, que no está al alcance de todo el mundo. Quienes están siendo preparados en una tariqat son como árboles salvajes, o como criaturas salvajes de la selva.



La perfección no se consigue fácilmente en el hombre. Tras cuarenta días de embarazo, el embrión tomará forma humana, aunque muy pequeña. Allah nos da la mejor forma en cuarenta días, pero la auténtica perfección llegará a través del significado que representéis. Esto no es fácil, puede llevar cuarenta años o más. No es algo que pueda aprenderse en la universidad. Ninguna academia o universidad podrá daros esa perfección. Lo que os enseñen no podrá daros perfección alguna. Podrá daros capacidad de controlar todo aquello que os rodea, pero nada que os permita controlaros a vosotros mismos. Si no podéis controlaros a vosotros mismos no sois perfectos.

Es por esto que necesitamos otro tipo de preparación: asociarse con los profetas, que son los primeros en enseñar a la gente la vía de la perfección para que puedan controlarse a sí mismos. De lo contrario, la gente continuará del mismo modo que nació: salvaje. Vivirán de un modo salvaje y así morirán.

La gente salvaje es incapaz de controlar su ego. Sus egos traen todo tipo de violencia a este mundo: guerras, problemas, crisis.... Todo esto es el resultado de la violencia de la gente. Continúa, aumenta, y la gente perfecta es cada vez más escasa. Hay miles de personas en las universidades, pero la mayoría de ellas son salvajes.

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