16 de junio de 2008

Nadie es rechazado

Sheij Nazim Al Haqqani

Hoy, mientras estaba rezando, se me presentó un punto importante en el espejo de mi corazón, un tema que necesita ser hablado. ¿Cuál es la postura de cada persona hacia el resto de la humanidad, y hacia el resto de la creación en general? Cada persona, cada ser, es por naturaleza egocéntrico, aunque este constantemente interactuando con otros a su alrededor. Todos dividen a los seres humanos en diferentes categorías: aquellos con los que tienen más en común y con los que tienen más cosas opuestas - y cuanto menos haya en común, más critica se convierte la pregunta. Entonces como seguidores de cierta religión, debéis preguntaros, cuál es la actitud que debéis tener hacia los miembros de otras religiones. Como hombre, ¿qué tipo de actitud tienen hacia las mujeres, o como mujer hacia los hombres? ¿Cómo una persona mayor hacia los jóvenes, o cómo un joven hacia los mayores? ¿Cómo una persona rica hacia los pobres, o cómo un pobre hacia los ricos? ¿Cómo una persona culta hacia un ignorante? ¿Cuál es su actitud, como seres humanos, hacia los animales, plantas, objetos inanimados, hacia todo lo que existe?

El Santo Profeta Muhammad, la paz sea con él, llamó la atención a la humanidad sobre este tema cuando dijo: "Mi Señor me ha enseñado a mostrar respeto ante todos, a mantener las buenas maneras, y mi Señor ha perfeccionado Sus enseñanzas ". Ahora necesitamos conocer cuales son las mejores maneras, y como nos ayudan a mostrar respeto a todas las criaturas de acuerdo a sus niveles respectivos, ya que si bien Allah Todopoderoso ha hecho a todas las criaturas dignas de respeto, Él ha honrado especialmente a la humanidad. Estamos invitados a comprender todo el potencial de ese honor, a través del perfeccionamiento de nuestras relaciones con todo lo que nos rodea.

Esta perfección nos busca un equilibrio en nuestras relaciones, junto con la percepción de las diferencias entres los seres y a una capacidad de ajustar nuestro comportamiento de acuerdo a estas diferencias, porque las criaturas de Allah, especialmente los seres humanos, no son producciones industriales, en masa y cortados por el mismo molde. Cada persona tiene su propia y única forma, características y capacidades - no podrán encontrar dos personas exactamente iguales, incluso los gemelos idénticos pueden diferir drásticamente en carácter. Todos tienen algo distintivo, y debemos observar estas marcas distintivas y variables, y de esta forma recibiremos Sabiduría Divina, y nos maravillaremos ante el Poder de nuestro Señor. ¿Para quién más pudo crear tal diversidad? Tanto si miráis alrededor a vuestros semejantes, o a las estrellas en el cielo, sabréis, por sus infinitas variaciones, que solo Allah pudo haber creado el universo.

Los seres humanos, la "Corona de la Creación", son candidatos para el honorable rango de "Diputado de Allah en la Tierra" [JalifuLlah min al-Ard]. Nosotros somos seres que se nos ha concedido el potencial para descubrir un gran secreto dentro de nosotros mismos. Si en un descuido no luchamos por él, se mantendrá profundamente escondido dentro de nosotros. ¿Cuál es el gran secreto dentro del hombre que él debe descubrir para alcanzar su rango? Es comprender que son la manifestación de uno de los eternos Atributos Divinos de nuestro Señor. Cada persona manifiesta un atributo diferente, no importa cuantos billones de personas aparezcan y desaparezcan de esta tierra, cada uno manifiesta un aspecto único de la Realidad Divina. Cada Atributo Divino es distinto, y cuando se descubre totalmente, igualmente Divino. Por lo tanto, nuestro Señor no hace diferencia de las formas externas, pero siempre recuerda los estados de nuestros corazones, ya que el corazón de cada hombre es un trono entre los infinitos tronos de Allah Todopoderoso. Ese corazón no es el órgano en nuestro pecho, solo es representado por él de una forma figurativa. En el verdadero corazón, el "corazón de los corazones", hay un trono y El Todopoderoso aparece en ese trono a través del atributo distintivo que se manifiesta en cada uno, y en ningún otro lado en la creación.

Por lo tanto, deben respetar a todos, ya que en realidad, ese respeto es el respeto por su Señor dentro de ellos. Esa es la forma en que nuestro Profeta trataba a la gente, el camino que enseña el verdadero Islam: una desviación de este "Camino de buenas maneras" es una innovación peligrosa (bid’a). El respeto que debemos mostrar a los demás seres humanos es tal, que si naciera un bebe respirara tres veces y muriera, le daríamos un nombre, lavaríamos su cuerpo y rezaríamos por él las oraciones funerarias; y si no hubiera nadie más para realizar esos ritos, incluso el mismo rey seria llamado a hacerlo, aunque ese bebe hubiera nacido de sus súbditos de más baja condición social.

¿Y qué, si el vivo o el muerto es de otra religión o sin religión, les mostramos menos respeto? Un día el Santo Profeta estaba sentado con sus compañeros cuando paso una procesión funeraria. El Santo Profeta se paro como signo de respeto hacia esa alma que había partido. Uno de los compañeros dijo: "O Mensajero de Allah, ese es el cuerpo de uno de los idólatras. ¿Le está mostrando respeto a esa gente?" Lo que ese compañero dijo fue un signo de malos modales, y él inmediatamente se lamentó. ¿Acaso el Profeta no sabe si esa persona muerta y aquellos en la procesión son musulmanes o adoradores de ídolos? ¿Si no lo sabe, cómo puede ser un Profeta? Pero como los compañeros tenían diferentes niveles de comprensión y de modales, creciendo gradualmente hacia la perfección, el Profeta era siempre paciente con aquellos que mostraban esas actitudes desafiantes; él le explicó sus acciones a ese compañero de acuerdo a su nivel de comprensión - que era el nivel común. ¡Y qué difícil para el creyente común, cuyos sentimientos humanos son captados por el ir y venir de los eventos diarios, entender cómo el Profeta le dio respeto a gente que estaban activamente ocupada en la opresión de musulmanes - matándolos y boicoteándolos, y en general mostrando cualidades abominables! ¡Qué difícil para la gente común hacer una distinción entre las malas acciones de la gente y las Realidades Divinas escondidas y veladas, aunque presentes e inalteradas, en el corazón de los corazones, y de esta forma comprender porque no debemos odiar a nuestros enemigos! Tal entendimiento hace a una persona elegible para recibir los Secretos Divinos, y una categoría de conocimiento que se le instruyó al Profeta que revelara solo a iniciados.

Por lo tanto, para guiar a ese compañero en la dirección de esta realidad, sin revelarle aquello que no pudiera comprender, el Santo Profeta le dijo: "Sí, estos son no creyentes, pero debes saber que cada uno tiene ángeles acompañándolo, anotando sus buenas y malas acciones, y el ángel de la Muerte, Azrail, también esta acompañando al hombre muerto: yo me quede parado por respeto a esos ángeles". De esta forma el Santo Profeta enseña a todos los musulmanes a mostrar respeto a toda la gente viva o muerta, no importa cuan terribles pudieran ser sus acciones.

Mawlana Jalaluddin Rumi, un Santo conocido a través de Oriente y Occidente (y el autor del épico poema Sufí, el Masnavi) una vez estaba cruzando una plaza cuando un cura pasó a su lado e inclino su cabeza por respeto. Mawlana devolvió el saludo, inclinándose incluso más, desde la cintura. La gente le preguntó: "¿Cómo es que se inclina frente a un cura (que representa una religión que fracaso en reconocer al Santo Profeta del Islam) ?" En el Islam, la inclinación es un gesto generalmente reservado para las devociones a Allah, y otros signos de respeto se usan más comúnmente.

Luego Mawlana les respondió, en un nivel de acuerdo a su comprensión: "Ese cura fue humilde frente a nosotros. Él es cristiano, nosotros somos musulmanes; y el Islam representa la culminación de todo bien encontrado en el Cristianismo. Por lo tanto, si él es humilde debemos luchar para ser aún más humildes".

Esta explicación es real, pero a un nivel más profundo, esta reciprocidad del saludo debe ser entendida como respeto hacia la verdadera personalidad, la Personalidad Divina de ese cura - ya que es solo El Todopoderoso Quien viste a Sus siervos en diferentes formas externas y los predispone para diferentes tipos de acciones. Mawlana reconoció que fue su Señor que lo vistió a él como un Sheikh y a ese hombre como un cura; y si Él quiere, puede hacer que se intercambien los roles, que cada uno de los corazones se adhiera a la religión del otro en un segundo; y ¿quién puede decir lo que hará Allah? ¿Qué hay debajo de esas ropas sino es el Trono de Allah, en una única manifestación de personalidad?

En el Santo Corán se relata que cuando Allah Todopoderoso creó a Adán, Él le ordenó a todos los ángeles que se posternaran frente a él. ¿Piensan que Allah Todopoderoso les ordenó que alabaran a otro que no fuera Él? Todos los ángeles eran capaces de percibir esa Manifestación Divina en Adán, y ellos reverenciaron a su Señor postrándose frente a Adán. Pero también estaba presente Satán, que estaba velado por la envidia, y dijo: "Qué es él para que yo tenga que adorarlo: yo solo adoro a Allah". Pero Satán no pudo ver lo que había dentro de Adán: todos los Nombres Sagrados de Allah que iban a manifestarse a través de toda su descendencia. Si todos esos velos de envidia hubieran sido quitados, él hubiera sido el primero en obedecer. La envidia nos vela de esta visión, y desafortunadamente, impidió a muchos representantes de anteriores religiones reveladas, reconocer al Profeta Muhammad cuando vino, el verdadero hermano de los Profetas que ellos veneran.

Si nosotros podemos recordar que la presencia de este secreto Divino esta en el corazón de la gente, y pasamos por alto sus formas externas y acciones, aprenderemos de todo y de todos, y aumentaremos en sabiduría. Solo con esta visión podemos aspirar a una magnanimidad que cause que buenas acciones aparezcan en la gente, para que un rayo de su Esencia Divina brille y anime a los velos del ego a levantarse. El respeto a la Naturaleza Divina del hombre lleva a la familiaridad entre la gente, y la familiaridad abre el camino al amor, y todo el amor pertenece a nuestro Señor.

Nuestra principal responsabilidad en la vida es limpiar las malas características que cubren nuestras Personalidades Divinas, y una vez que hayamos logrado esto, ayudar a otros a liberarse a si mismos de esa pesada carga. Siempre debemos recordar la naturaleza sacrosanta de las almas. Miren, Sayyidina Umar, quien se convirtiera en el segundo Califa del Islam, fue hacia el Santo Profeta con la intención de matarlo, pero después de acercarse a él se fue con el corazón lleno de amor y bondad. Él era el mismo hombre, la esencia de su ser nunca cambio, solo vario su actitud. Por eso, debemos siempre tener cuidado de decir "aquel es una mala persona". No podéis decir eso de su verdadera esencia, no.

Aunque nosotros consideremos las esencias de la gente, no aceptamos sus malas acciones, sino que les "disparamos" de la misma forma que un cirujano extirpa un tumor de un paciente y deja el tejido sano dentro de él: sabe distinguir entre un tejido sano y uno canceroso, y saca solo lo que es peligroso...

Ese es el método practicado por todos los Profetas de todas las religiones reveladas desde el principio al fin. Ayudar a la gente a purificarse de las características destructivas fue la misión de Moisés, de Jesús y también del Sello de los Profetas Muhammad, la paz sea con todos ellos, a quien su Señor le ordeno: "Purifícalos". Todos trabajaron para este fin y nunca se desesperaron por el éxito, ya que tenían la certeza de que un tesoro se mantenía oculto en el corazón de la gente. Si tenéis un diamante y luego cae en el inodoro, ¿tiraríais dela cadena para que se fuese junto con los desechos? ¿Alguien sugeriría algo así? Tal vez alguna gente orgullosa o débil de estomago llamaría a un sirviente para sacarlo, pero nadie en sus cabales tiraría agua al inodoro para que se fuese. Cuando recuperarais ese diamante lo lavaríais con abundante jabón y agua, tal vez lo sumergiríais en aceite de rosa, y luego lo devolveríais a su dedo. Nadie pensará que el diamante esta sucio. Los diamantes no absorben las cualidades del lugar donde caen - las almas son iguales.

En nuestro tiempo muchas personas buscan puntos comunes en los que los seguidores de todas las religiones se puedan basar, una escuela de pensamiento que trace su hilo a través de todas las verdaderas inspiraciones. Éste es ese punto en común: aspiren a un entendimiento más profundo a través de su religión, un entendimiento que les abrirá los ojos a la presencia del Uno en todas las cosas, eso les revelará la respetabilidad de todas las criaturas, especialmente los seres humanos, y les permitirá desistir de odiar a quienes hacen el mal, aún mientras se opongan a sus creencias. Esta visión nos distanciará de esa identidad, que está como en rótulos, que evoca fervor o enemistad como: Americanos, Rusos, Alemanes, Turcos, Griegos, Armenios, Judíos, Cristianos, Musulmanes, Budistas, etc. y nos acerca a la comprensión de que nuestro Señor nos ha honrado a todos por igual a través de la presencia universal de Su Esencia Divina en nuestros corazones. Desde ese ventajoso punto veremos que nuestro Señor nos ha dado, a través de esa Esencia, características maravillosas y únicas, e hizo de cada uno de nosotros una manifestación de Sus Atributos Divinos.

Entonces también nos quedará claro que los velos del ego que cubren nuestra esencia son tan variados y sutiles como las diferencias en la manifestación de la Esencia; todos tenemos "trampas del ego" que son únicas, designadas para atrapar su única alma - y evitar o escaparse de estas trampas es la esencia del conocimiento del Camino. Solo aquel que se acerque a su Señor con sincera devoción descubrirá este camino, y esta sinceridad es los que nuestro Señor desea de nosotros, lo que tiene verdadero valor, como Él dice en Su Libro Sagrado: "El mejor (o más honorable) de vosotros es el más sinceramente piadoso y temeroso de Allah". En otras palabras, nuestro Señor nos ha honrado a todos, pero reserva Sus más altos honores para aquellos que se esfuerzan hacia Él.

El Profeta Muhammad, la paz sea con él, fue dotado con la más amplia comprensión del significado del Santo Verso: "Hemos honrado a todos los hijos de Adán", la comprensión de la presencia del Uno en la multiplicidad. Mawlana Jalaluddin Rumi tuvo la distinción de declarar estas realidades más abiertamente a todas las Naciones, invitando a toda la gente incondicionalmente a través de una puerta abierta, diciendo:



Ven, ven, quienquiera que seas, vuelve.

Seas no creyente, mago o idólatra, vuelve.

¡La nuestra no es una Derga[1] de desesperanza!

Aunque hayas roto tu arrepentimiento cientos de veces, vuelve.



Como Allah Todopoderoso abre Sus puertas a todos Sus siervos, así nosotros aceptamos a los siervos de nuestro Señor. Nosotros no somos fanáticos que pasan sus vidas interrogando a aquellos que buscan mitigar su sed en la fuente. Este es el camino de nuestro Grandsheikh, que declaró: "Yo soy un defensor para todos los hijos de Adán en el Último Día". Cuando alguien llega a nuestra puerta, sabemos quien lo envió, por lo tanto no podemos rechazarlo.



[1] Derga es un lugar donde los seguidores de una determinada tariqat se reunen.

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