10 de agosto de 2008

“El Dios que adoráis está bajo mis pies”



De Shaij Nazim

De Mercy Ocenas II



Escuché de Gran Shaij esta historia describiendo los poderes de los awliyya. Hablaba de los milagros (qaramat) de Shaij Muhiyddin Ibn al-Arabi, el Shaij al-Akbar. En su libros describió muchas predicciones del futuro. Dijo: “Cuando sin entre en la shin se encontrará la tumba de Muhiyddin”. Después de ser asesinado por decir a la gente “el Dios que adoráis está bajo mis pies”. Pasaron muchos años sin que se supiese donde había sido enterrado, hasta que el Sultan Salim ( la sin) capturó el Sham (shin) como había predicho. El primer viernes ordeno que se le reservase un baño, prohibiendo la entrada a todo el mundo. Se desvistió y estaba entrando en la sala cuando vio a alguien sentado. Se enfado y preguntó “¿quién anda ahí?” A lo que le respondieron “O Sultán, vete y trae jabón y una esponja y limpia mi espalda”. El sultán cumplió la orden, pensando que esta no debía ser una persona corriente. “O Sultán, ¿sabes quien soy?” “¿Por la gloria de Allah, dime quien eres”. “Soy Muhiyddin Ibn al-Arabi”. El Sultán besó su mano y pies. El Shaij le pidió que encontrase su tumba y construyese un domo y una mezquita allí. “¿Cómo podré encontrar la tumba?” “Antes del fayr sube al minarete y mira hacia Yabal Qasyun. Verás una columna de luz que llega hasta el cielo”. El Sultán hizo lo que se le dijo y mandó a gente a cavar en aquel sitio. Debían encontrar Shaij Muhiyddin intacto en su tumba y así lo hicieron. Después se llevó al más anciano de Sham a ver el sitio donde había pisado y dicho:”El Dios que adoráis está bajo mis pies”. Excavando allí encontraron dos cofres repletos de oro. Se utilizó para construir la mezquita, y para dar de comer tres veces al día a los fuqara. Dijo: “todo aquel que coma o beba de mi caridad, aunque sea un hipócrita, se convertirá a la fe real, aunque sea al fin”.

Hoy en día hasta las gentes poderosos van los viernes a beber sopa, esperando obtener recompensa. El oro era el peso de su sangre en oro, dando su vida por esta caridad.



Hay tantos milagros en los awliya de esta ummah, mostrando la prueba y el poder del Profeta, saws. No encontraréis awliya hoy en día excepto en el Islam. Estoy dispuesto a encontrarme con cualquiera que se llame santo de cualquier otra religión. Soy el más débil de los de esta religión, pero estoy dispuesto a destruir sus milagros con el poder de Gran Shaij, y lo digo para todo el mundo.

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