29 de agosto de 2008

Sobre el ayuno.



del Imán Haddad



Aumentad vuestras buenas obras, especialmente en Ramadán, porque la recompensa de los actos suprarrogatorios realizados durante este mes equivalen a la de un acto obligatorio realizado en cualquier otro momento. Ramadán es también el momento en el cual las buenas acciones se ofrecen más fácilmente y uno tiene mucho más energía para esto que durante cualquier otro mes del año. Esto es así porque el alma, perezosa cuando deben realizar buenas obras, se encuentra arrinconada por el hambre y la sed, los demonios que la perturban son expulsados, las puertas del Fuego son cerradas, las puertos del Cielo se abren, y los heraldos llaman cada noche a la obediencia a Dios: "¡O vosotros qué queréis el bien, apresurados! ¡O vosotros qué queréis el mal, deteneos!"



En este noble mes debéis trabajar sólo para el Más Allá, y embarcaros en asuntos mundanos solo cuando sea absolutamente necesario. Arreglad vuestras vidas antes de Ramadán de forma que podáis veros libres cuando llegue. Poned vuestra intención en la adoración y en aproximaros a Dios con paso más firme, especialmente durante los últimos diez días. Si podéis permanecer en la mezquita sin abandonarla, excepto para lo estrictamente necesario, durante estos diez últimos días hacedlo[1]. Estad pendientes de realizar la oración del Tarawih[2] durante todas las noches de Ramadán.



En algunos lugares es costumbre hoy día el hacerlo tan corto que algunos de los elementos obligatorios de la oración se omiten, dejando solas las sunnas. Es bien sabido que nuestros predecesores leían en Corán entero durante esta oración, recitando una parte cada noche para así completarlo en las últimas noches del mes. si podéis seguir esto uniros, porque esto es una gran ganancia; si no podéis, entonces lo menos en puedes hacer es observar los elementos obligatorios de la oración y sus propiedades.



Observa cuidadosamente la noche del destino [Lailatul Qadr] que es mejor que mil meses. [95:11] es la noche bendita en la cual todos los asuntos son sabiamente decididos. [ 44:4] aquel a quien se le retiran los velos ve las luces resplandecientes, las puertas abiertas de los cielos, y a los ángeles ascendiendo y descendiendo, y dará testimonio de toda la creación postrada hacia Dios, su Creador.



La mayoría de los maestros son de la opinión que ésta se encuentra en los últimos diez días de Ramadán, y que es más probable que sea en las noches impares. Cierto gnóstico fue testigo en la noche del 17, y ésta era también la opinión de Hasan al-Basri. Algunos eruditos han dicho está en la primera noche de Ramadán, y otro gran número de eruditos han dicho que no es fija y que cambia su posición cada Ramadán. Han dicho que el conocimiento secreto que subyace a esta cuestión es que el creyente debe someterse a sí mismo completamente ante Dios durante cada noche de este mes con la esperanza de poder coincidir con la noche que se le mantuvo oculta. Y Dios sabe mejor.



Tratad de romper vuestro ayuno tan pronto como tengáis la certeza de que el Sol se ha puesto. Retrasad el suhur[3] tanto como podáis y temáis que llegue el alba. Alimentad a aquellos que ayunan en el momento en el que lo rompen, incluso si es con algunos dátiles y un trago de agua, porque aquel que alimenta a otro en el momento de la ruptura del ayuno recibe tanta recompensa como la de él sin disminuir en nada la recompensa del otro. Tratad de no romper nunca vuestro ayuno ni alimentar a ningún otro en ese momento excepto con comida permitida. No comas mucho, y toma de todas las comidas permitidas que se te ofrezcan, y no prefieras aquellas que son sabrosas, porque el propósito del ayuno es someter el apetito lujurioso de uno mismo, y el comer una gran cantidad de deliciosa comida es lo opuesto y lo elevará y reforzará [al ego]

Ayuna en los días en los cuales la ley aconseja el ayuno, como es el día de Arafat para aquellos que no participan en la peregrinación, el 9 y el 10 de Muharram [Ashura[4]], y los primeros seis días de Shawwal, comenzando el segundo día del A' id[5], porque esta es la forma más efectiva de disciplinar el alma. Ayunad tres días de cada mes, porque éstos son equivalentes al ayuno perpetuo.



Es mejor si estos días son los Días Blancos[6], porque el Profeta, que las bendiciones y la paz sean sobre él, nunca dejaba de ayunar estuviese en casa o viajando. Ayunad frecuentemente, especialmente en tiempos de mérito como son los meses Inviolables[7], y los días nobles como los lunes y jueves. Debéis saber que ayunar es el pilar de la disciplina y la base de La lucha [contra el ego]. Se ha dicho que ayunar constituye la mitad de la fortaleza [de la fé]. El Mensajero de Dios, que las bendiciones y la paz sean sobre él, dijo: "Dios exaltado sea dijo: "todas las buenas acciones de los hijos de Adán son multiplicadas de diez a setenta cientos de veces, excepto ayunar, porque esto es Mío [para Mí], y Yo lo recompensaré al hombre por esto, porque él ha abandonado sus apetitos, su comida y bebida por mi gracia"" "aquel que ayuna tiene dos alegrías, una cuando rompe su ayuno, y la otra cuando se encuentre a su Señor" y: "el aliento de aquel que ayuna es más agradable para Dios que la del almizcle".

Dios dice la verdad y Él guía al camino. [33:4]


Notas:

[1] Iftar o retiro a la mezquita.

[2] El tarawih es una oración especial de Ramadan, realizada por la noche después del Isha’ consistente en 20 rakat más el witr impar.

[3]La comida que se hace antes de empezar a ayunar por la mañana.

[4] Ashura: es el día en el que se conmemora la huida de Moisés y su gente de Faraón y su ejercito. Cuando el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, llegó a Medina, encontró a los judíos ayunando y dijo que él y sus seguidores están más cercanos a Moisés que los judíos de Medina y que deberían también ayunar

[5] Fiesta de fin de Ramadán.

[6] Los días de Luna llena.

[7] Dull-Hijja Dull-Qad y Muharram, que son los meses del Hajj. y Rayab.

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