21 de julio de 2008

El desvelamiento del Cuarto Velo: La oración

Por Ali inm Uzman al Huywiri



Etimológicamente, oración significa recuerdo (de Allah), y sumisión (dhikr u inqiyad), pero en su el uso correcto usado por los jurisprudencios se refiere más concretamente a la cinco oraciones que Allah ha ordenado realizar en cinco momentos diferentes y que presuponen ciertas condiciones preliminares, a saber:

1. Purificación externa de la suciedad e interna de la lascivia
2. Que las vestimentas externas de cada uno estén limpias tanto como las vestimentas interiores deben de estar vacías de todo lo prohibido.
3. que el lugar donde uno se purifica esté externamente libre de contaminación e internamente libre de corrupción y pecado
4. Dirigirse hacia la qibla, la qibla externa que es la Kaaba y la qibla interna que es la el Trono de Allah
5. Permanecer externamente en el estado de poder (qudrat) e internamente en el jardín de la proximidad a Allah (qurbat)
6. la sincera intención de aproximarse a Allah
7. decir Allahu akbar en estado de conciencia y aniquilación, permaneciendo el adobe de la unión, recitando el Corán de forma distinguida y vehemente , doblando la cabeza con humildad, y postrando el propio ser humillándolo, recitando la profesión de fe con concentración, y saludando con la aniquilación de los propios atributos.

Se recoge en la tradiciones que cuando el Profeta e rezaba se escuchaba junto a él un sonido como una tetera hirviendo. Y cuando Áli tiba a rezar su pelo se erizaba y temblaba y decía “ha llegado el momento de cumplir una acción con la que ni los cielos ni la tierra pueden cargar”.



La oración es una tarea con la cual los novicios encuentran el camino completo hacia Allah, desde el principio hasta el fin, en el cual sus estaciones (maqamat) son revelados. Así, para los novicios, la purificación toma la forma del arrepentimiento, y la dependencia de un director espiritual toma la forma de dirigirse a la qibla, y mantenerse en oración toma la de la mortificación; y recitar el Corán la de la meditación interior (dhikr); y el inclinar la cabeza toma la de la humildad, y la postración la del conocimiento de uno mismo; y la profesión de fe la de la intimidad (uns); y el saludo (taslim) toma la forma de la liberación del mundo; y el escapar de las fronteras de las estaciones.

Por ello el Apóstol e que se había despojado del disfrute, solía decir: “O Bilal, confórtanos con la llamada a la oración”. Los Shuyuj han discutido este término y cada uno de ellos tiene un punto de vista diferente. Algunos dicen que la oración es una manera de obtener “presencia” (hudur) con Allah, mientras que otros lo consideran un medio para obtener la “ausencia” (ghaybat); alguno que permanecían “ausentes” devenían “presentes” en la oración, mientras que otros que estaban “presentes” devenían “ausentes”

De igual manera en el otro mundo donde Allah será visto, algunos de los que están “ausentes”, cuando vean a Allah devendrán “presentes” y viceversa.



Yo Ali bin Uzman al-Juballi al-Huywiri , afirmo que la oración es un mandato divino y no es un medio de obtener la “presencia” o la”ausencia”, porque los mandatos divinos no son medio para obtener nada. L causa de la “presencia es la”presencia” en si misma, y la de “ausencia” es la “ausencia” en si misma. Si la oración fuese la causa o el medio de la “presencia, solo podría ser realizada por aquellos que están “presentes”, y si fuese la causa de la “ausencia”, cualquiera que estuviese “ausente”, devendría necesariamente en “presente” al rechazar realizarla.

En tanto en cuanto es una obligación para todos, estén presentes o ausentes, la oración tiene su propio dominio en su esencia e independencia.

La oración es realizada y prescrita en mayor medida por aquellos que se encuentran ligados al camino de la mortificación y que han obtenido la perseverancia (istiqamat). Por ello los Shuyuj ordenan a sus discípulos realizar cuatrocientos postraciones oratorias (rakat) durante el día y la noche, para que sus cuerpos se habitúen a la devoción.; y aquellos que han sido saciados también realizan muchas oraciones para agradecer el favor que Allah les ha concedido. Es así como aquellos que poseen estados (arbab-i ahwal), sus oraciones, en estado de perfecto éxtasis, se corresponden a la estación de la unidad, y es por medio de sus oraciones que se unen; o, en otro sentido, cuando el éxtasis es alcanzado, sus oraciones se corresponden con el estado de separación, y así a través de ellas se separan. El primer grupo, que se encuentran unidos durante la oración , rezan día y noche y añaden oraciones superrogatorias a aquellos que se relacionan con ellos, pero los segundos, que se encuentran separados, no realizan más oraciones que las necesarias. El Apóstol e dijo: “ en la oración se encuentra mi satisfacción”, porque la oración es una fuente de felicidad y complacencia. Cuando el Apóstol e fue acercado a Allah en la noche de la ascensión, y su alma perdió los lastres del mundo de las causas, y su espíritu perdió la conciencia de todos los grados y estaciones, y sus poderes espirituales fueron aniquilados, dijo, no por su propia voluntad, pero inspirado por la añoranza: “ ¡O Allah, no me mandes allá, al mundo de la aflicción! ¡No me arrojes al dominio de las pasiones y la naturaleza!” Allah le contesto: “Es Mi Decreto el que debas regresar al mundo con el fin de que establezcas la ley [religiosa], para que así les pueda dar a ellos lo que aquí te he dado a ti”. Cuando regresó solía decir, solía decir muy a menudo, cada vez que sentía esta añoranza de esta exaltada estación: “¡O Bilal, confórtanos con la llamada a la oración!” puesto que para él tiempo de l oración era una nueva Ascensión y una nueva cercanía a Allah. Sahl bin Abadía decía: “Es un signo de la sinceridad de un hombre el tener un ángel ayudante que le urge a rezar cuando llegaba la hora, y lo despierta si estaba dormido”. Esta señal aparecía en el propio Sahl, porque aunque tenía parálisis por su larga vida solía recobrar el uso de sus miembros cuando la hora de l oración se aproximaba; y después de realizar la oración ya no se podía mover de su sitio. Uno de los Sheij dijo: “ Cuatro cosas son necesarias a aquel que reza: la inhibición del ama inferior (nafs), la perdida de los poderes naturales, la pureza del corazón interior, y la perfecta contemplación”. La inhibición del alma inferior se consigue solo mediante la concentración de la mente; la pureza del corazón interior solo por la constatación de la Divina Majestad, lo que supone la destrucción de todo aquello que no sea Allah; pureza del corazón interior solo por el amor; y perfecta contemplación solo por la pureza del corazón más interior. Relata Husayn inb Mansur (Hallaj) solía someterse a sí mismo a la obligación de realizar cuatrocientas postraciones en un día y noche. Cuando se le preguntaba porque tomaba tantas molestias a pesar del alto rango que ostentaba, decía: “El dolor y el place solo indican vuestros sentimientos, pero aquel cuyos atributos están aniquilados no sufre los efectos del dolor o e placer. Permaneced atentos, no vayáis a llamar a la negligencia madurez y al deseo del mundo búsqueda de Allah”. Cierto hombre relató: “Yo rezaba tras Dhul Nun. Cuando empezó a pronunciar el takbir, gimió ‘Allahu Akbar’ y calló como un cuerpo sin vida” Junayd, después de haber llegado a viejo, no dejaba de recitar ninguna de la letanías (awrad) que recitaba cuando era joven-. Cuando se le pedía que se abstuviese de algunas de estas oraciones suprarrogatorías que nadie podía realizar con igual fuerza, contestaba que no podía abandonar lo métodos por lo cuales él había adquirido su estado espiritual en un principio. Es bien conocido que los ángeles se encuentran constantemente ocupados en la adoración, porque son seres espirituales y no poseen alma inferior. El alma inferior aparta al hombre de la obediencia. , y cuanto más se somete a esta más fácil es realizar las oraciones; cuando en aniquilada totalmente, la adoración se transforman en la bebida y la comida del hombre, como lo es de los ángeles. Abadía ibn Mubarak decía: “Cuando era niño vi como una santa era picada por un escorpión cuarenta veces mientras rezaba, pero no vi ningún cambio en la expresión de su rostro. Cuando acabó le dije: ‘O madre, ¿por qué no apartó el escorpión de usted?’ y me contesto: ‘¡Niño ignorante!¿Crees que abría estado bien que mientras estaba ocupada en los asuntos de Allah atendiese los míos propios?’”

Abu Khair Aqta tenía una gangrena en su pierna. Los médicos dijeron que debía ser amputada, pero no les dejaba hacerlo. Sus discípulos les indicaron a los médicos: “Cortádsela mientras está rezando, porque es el momento en el que está inconsciente”. Los médicos actuaron siguiendo este consejo. Cuando Abu Kahir acabó se dio cuenta que su pie había sido cortado.

Algunos sufi realizan actos de devoción abiertamente, pero ocultan aquellos suprarrogatorios para huir así de la ostentación. Para ellos todo aquél que desea que otros tengan noticias de cuales son sus prácticas religiosas es un hipócrita; y si dice que aunque otras gentes lo vean él no es consciente mientras realiza sus oraciones, también es hipocresía. Otros, sin embargo, exhiben tanto sus actos obligatorios como suprarrogatorios, bajo la afirmación de que la ostentación es irreal y la piedad real: así que es absurdo esconder una realidad por razón de algo que no lo es. “No dejes entrar ningún pensamiento de ostentación en tu corazón, y adora a tu Señor estés donde estés”. Los maestros han observado el verdadero espíritu de las de las prácticas religiosas, y han animado a sus discípulos a hacer lo mismo. Uno de ellos dijo: “He viajado durante cuarenta años, y durante este tiempo no perdí ni una sola oración de la reunión, pues estaba en algún pueblo todos los viernes”.

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