22 de julio de 2008

Las reglas del Compañerismo (suhbat)


De Ali bin Uzman al-Huywiri "Jafs al-Mahjub"



Como habéis podido apreciar, lo más importante para el novicio es la compañía, y la realización de ésta es obligatoria para él. La soledad es fatal para el novicio, pues como dijo el Apóstol, la paz y las bendiciones sean con él:” Satán está con los solitarios, pero se aleja rápidamente de aquellos dos que están unidos”, y Allah ha dicho: “No hay discurso privado entre tres personas sin que Allah sea el cuarto de ellos” [Cor. 58,8].

He leído en las “Anécdotas”, que un discípulo de Yunayd se imaginaba que había alcanzado el estado de perfección, y que era mejor para él el permanecer en soledad. De acuerdo con esto, se fue a hacer retiro y se separó de la sociedad de sus hermanos. Al anochecer, un camello solía aparecer, y le decía que lo llevaría al Paraíso; al montarlo, era conducido a una hacienda repleta de placeres, con bellos habitantes, deliciosas viandas y arroyos que fluían, donde permanecía hasta el amanecer. Entonces se quedaba dormido, y se encontraba luego de regreso en su celda al despertar.

Estas experiencias lo llenaron de orgullo y no pudo evitar el alardear de ellas. Cuando Yunayd escuchó la historia se dirigió a la celda del alumno, y después de escuchar todo el relato de los hechos, le dijo: “Esta noche, cuando vayas a ese lugar , recuerda decir tres veces ‘no hay más fuerza ni poder sino el de Allah, el Altísimo, el Elevado’”. Esa misma noche lo llevaron como de costumbre, y aunque en su corazón no creía a Yunayd, por el camino recitó tres veces lo que le había dicho Yunayd. Todo lo que lo rodeaba crujió en estrépito y desapareció, y se encontró en medio de un estercolero rodeado de huesos. Así se dio cuenta de su falta y regresó a la compañía.



El principio de los Sufis en la compañía, es que deben tratar a cada cual según su nivel. Así, tratan con respeto a las personas mayores, como a padres; a aquellos de su mismo nivel con agradable familiaridad, como hermanos; y a los jóvenes con afecto, como a hijos. Renuncian el odio, envidia, y milicia, y no rechazan los consejos sinceros de nadie. En la compañía esta prohibido hablar mal de nadie en su ausencia, o comportarse de forma deshonesta, o en negar a nadie en función de alguna palabra o acto, porque la compañía que empieza por Allah no debe terminar por actos o palabras humanas.

El autor cuenta: “Le pregunté al Gran Shaij Abu Qasim Gurgani, qué obligaciones incumbían a la compañía. Me respondió: ‘Son estas, que no debes buscar tu propio interés; todos lo males de la compañía vienen del egoísmo. La soledad es mejor para un hombre egoísta. Aquel que rechaza su propio interés, para mirar por el interés de su hermano, llega a la perfección de la compañía’”

Cierto derviche relató lo siguiente: “En cierta ocasión salí de Kuba para ir a Mecca. Por el camino me encontré con Ibrahim Khawwas y le pedí si me dejaba acompañarlo. Dijo: ‘En la compañía es necesario que uno mande y el otro obedezca: ¿Cuál de los dos escoges?’ Le contesté: ‘ tu serás quien mandes’ El dijo: ‘No debes fallar en el cumplimiento de mis ordenes’. Cuando llegamos al lugar de descanso, me ordenó sentarme, y él mismo, trajo agua del pozo y, como el agua estaba fría, reunió unos palos y les prendió fuego, y siempre que yo intentaba hacer algo, me hacía sentar. Al anochecer empezó a llover profusamente. Cogió su habito remendado y lo mantuvo durante toda la noche sobre mi cabeza . Me sentía verdaderamente avergonzado, pero no pude decir un palabra por el compromiso que me había impuesto. A la mañana siguiente, le dije: ‘Hoy es mi turno de ser quien mande’.El dijo: ‘Muy bien’. Tan pronto como llegamos a la posta, empezó a realizar las mismas tareas meniales anteriores, y cuando le decía que no desobedeciese mis ordenes me respondía que era un acto de desobediencia el dejar que a uno lo sirva su comandante . Continuó comportándose de esta manera hasta que llegamos a Meca; me sentí tan avergonzado que escapé de él . Él me estuvo observando , sin embargo, y, en Mina me dijo: ‘O hijo mío, cuando te asocies con derviches , procura tratarlos de la misma manera que te he tratado yo a tí.’”

1 comentario:

aliyye dijo...

Alhandulillah.
Hermoso los cuentos, el de los huesos y las cosas ilusorias cuando repite Allah tres veces...
Y el final, no importa quien mande, el derviche siempre sirve.