6 de mayo de 2008

Cartas de Mulay ad-Darqawy

BismiLlah ir-Rahman ir-Rahim
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.

Debes saber, oh faquir, que escribí a algunos de los fuqaha
(juristas) que rechazaban lo que poseíamos del estado de la pobreza:

"La paz sea con vosotros. ¡Que Dios os sea benigno, y nos rescate a
vosotros y a nosotros de todo extravío! Ha legado a mis oídos que
habéis abandonado vuestras faltas y que andáis ocupados con las
faltas de otros. ¿Acaso no sabéis lo que se dice en el libro de
Allah: "Invita a las gentes a la obediencia sumisa..." hasta el
final del versículo? ¿O es qué quizás vosotros no tenéis ninguna
falta?
¡No quiera Dios que el que esté libre de faltas vea otra cosa que al
Amado! No, solamente el que está él mismo en falta ve la falta. ¿Qué
mayor falta que vera otros (que Dios)?

No hay ninguna duda de que tanto el que es hermoso como el que es
feo, ven su propia cara entre las gentes. Sed, pues, hermosos y
veréis hermosura. Sed feos, por el contrario, y veréis fealdad. El
Shaij al-Bushiri escribió en su Burda, que Dios esté satisfecho de
él:

"El ojo puede rechazar la luz del sol a causa de la oftalmia,
y la boca puede rechazar el sabor del agua a causa de la enfermedad".

Y esta es una medida válida. Por Dios, si estuviéramos enfermos, el
agua resultaría amarga en nuestras bocas. Si los rostros de nuestros
significados fueran buenas, entonces nuestras caras no podrían ser
otra cosa que buenas. Las gentes con como un espejo para aquellos
que se miran en ellos. Quienquiera que tiene un rostro hermoso ve
una cara hermosa en ellos. Quien tiene un rostro feo ve una cara fea
en ellos. No le es posible al que es hermoso ver lo que es feo, como
no le es posible al feo ver lo que es hermoso.
A causa de esto, el Shaij Abul-Hasan Ali al-Jarrubi, que Dios esté
satisfecho de él, ha dicho: "Di a aquellos que rechazan lo que ven
en nosotros: `A causa de la pureza de nuestra bebida, vosotros veis
vuestras caras en nosotros'".
Oh fuqaha, nosotros éramos como vosotros, o peores aún, cuando
encontrábamos feos los estados de la gentes, y excelentes los
nuestros. Una porción de gentes fueron como nosotros, como el Shaij
Izzudin bin Abdu-s-Salam, el Shaij al-Gazali, el Shaij ibn AtaiLlah,
el Shaij ibn al-Arabi al-Hatimi, el Shaij Abul-Hsan ash-Shadili, y
sus iguales, que Dios esté satisfecho de ellos. Entonces, Dios abrió
sus ojos interiores e iluminó sus secretos y retiró de ellos el velo
de la ilusión. Buscaron la fealdad y no encontraron rastro de ella.
Prestad atención, lo que algunos de ellos dijeron:
"¡Aunque yo hubiera sido obligado a ver otro que Él, no habría sido
capaz de hacerlo, puesto que no hay nada más junto a Él! ¿Cómo,
pues, puedo ver a otro que él junto a Él?
Otro ha dicho:
"Puesto que he reconocido la divinidad, no veo otro que Él en todas
las cosas. Así pues "otro" está prohibido en nosotros. Puesto que he
unido lo que temía separar, hoy he llegado unido".

Otro ha dicho:
"Aquellos que se han realizado niegan ver otro que Dios"
Otro ha dicho:
"Dí: `Allah' y deja la existencia y lo que contiene si tienes alguna
dudad sobre el logro de la perfección. Si eres exacto, todo excepto
Allah es no-existencia en detalle y en suma. Debes saber que si no
hubiera sido por Él, tu y todos los mundos habríais sido
obliteración y extinción. Si no hubiera sido por él, la existencia
de alguien cuya existencia no le viene dada por su esencia habría
sido la imposibilidad misma.
Los gnósticos están aniquilados y no ven nada excepto el Grande, el
Exaltado.
Ven que otro que Él en verdad ha perecido en el presente, en el
pasado y en el futuro".

El asunto del dhikr es vasto, y el sobreabundante favor de Dios, Su
generosidad, magnanimidad y misericordia son más y más vastos
todavía. ¿Qué cosa es esa que encontráis, que rechazáis en nosotros,
que os disgusta, que aborrecéis y que encontráis pesada sino el
dhikr de Allah, el Elevado, en las casa de Allah, lo cual Allah ha
ordenado en Su Libro? Él, exaltado sea, ha dicho, "En las casas de
Allah ha permitido que se levante..." hasta el fin del versículo. ¿O
acaso estáis rindiendo culto a vuestro Señor mientras que el que os
rechaza (shaytan) os está provocando? Si éste es el caso, no
aceptéis nada del que así hace. Echadle fuera y golpeadle en la
cara. Solamente el ignorante y el que se complace consigo mismo
piensan bien de si mismos. Nosotros no vemos a nadie que rinda
culto a Dios como pretendéis. Antes al contrario, vemos que algunos
de los eruditos que recitan el Corán no hacen la plegaria la mayoría
de las veces. No vemos que os corra tanta prisa otra cosa como el
criticar a las gentes de la tariqa, que Dios esté satisfecho de
ellos. Eso ha devenido una necesidad general para vosotros en todas
partes. Las gentes afines a Dios son aquellas que se vuelven a Dios
presa del arrepentimiento de todo eso. Así pues, no os ocupéis de
las gentes de la tariqa ni de sus faltas como si Allah os hubiera
guardado de toda falta. ¡Lejos de eso! Solamente las gentes que son
los perdedores se sienten a salvo de la trampa de Allah.
La conclusión de todo esto es que si vosotros deseáis consejo y
seguridad de la desgracia, entonces volveos a Dios, vuestro Señor,
presas de arrepentimiento de vuestra mala acción, puesto que Allah
ha dicho, "Volveos presas del arrepentimiento a Dios enteramente..."
hasta el final del versículo. El Profeta, la paz y las bendiciones
sean con él, ha dicho, "Volveos presa del arrepentimiento. Yo me
vuelvo presa del arrepentimiento 70 veces al día". Otro hadiz
transmite que cien veces. Esto era así a pesar del hecho de que
Allah le había perdonado sus malas acciones pasadas y futuras. Vemos
que él, la paz sea sobre él, estaba subiendo a través de las
estaciones. Siempre que alcanzaba una estación encontraba una más
alta, inclusive aunque esta fuera firme. Bien quería que nosotros
pudiéramos alcanzar una estación tal como la que él, que Dios le
bendiga y de paz, había dejado. Las buenas obras de los obedientes
puntuales son como las malas obras de los mejores. Las buenas obras
de los mejores son como las malas obras de los próximos. Debéis
volveros absolutamente presas de arrepentimiento a Dios y reparar
vuestros desmanes a las gentes. Debéis evitar mentir, difamar,
calumniar y todas las cosas prohibidas y desaconsejadas. Debéis ser
conscientes de las cosas repulsivas que hay en vuestros corazones y
que Dios os ha prohibido, tanto interior como exteriormente. ¡Oh
ulamas negligentes!, lo que mostráis exteriormente es lo que hemos
mencionado y aclarado

Mencionaremos ahora el interior, el orgullo, ostentación, envidia,
vanidad, difamación, calumnia, desviación de la vía recta,
estupidez, codicia, iniquidad y otras cualidades repulsivas con las
cuales no le está permito al creyente llenar su corazón.
Le está permitido purificar su corazón de ellas de noche y de día, y
sentado y de pie así puede hacerlo.
Si no, debe buscar a un médico a través de todo el Magreb, en las
ciudades y en los desiertos. Si le encuentra, no debe dejarle y debe
aferrarse a él hasta que purifique su corazón por él, de las cosas
repulsivas que le han afligido y de todas sus faltas. Si no le
encuentra en el Magreb que vaya hacia el Oriente, que Dios lo
guarde, inmediatamente. No lo retraséis hasta que podáis ir con los
peregrinos. Partid prestamente allá a fin de que el arrepentimiento
no se vea retrasado y necesites otro arrepentimiento, puesto que
retrasar el arrepentimiento es una acción que requiere
arrepentimiento. Aquel que se vuelve presa del arrepentimiento de
sus malas obras es como el que no tiene a su cargo ninguna mala
obra. Es como el Profeta, que Dios le bendiga y de paz, ha dicho en
el libro de Dios, "Vuestro Señor se ha prescrito la
Misericordia..."hasta el fin del versículo. "El es el que acepta el
arrepentimiento de Sus esclavos...".

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