7 de mayo de 2008

NO LE PISÉIS EL RABO


Sheij Nazim Al Haqqani

Bismillahi’r-Rahmani’r-Rahim



La gratitud trae más bendiciones, pero quien se queja nunca estará contento. Y es la ira lo que nos cierra esta puerta de la felicidad, porque impide la gratitud. Sabemos tradicionalmente que la ira encierra el mayor peligro para la humanidad, que viene de Satanás que fue creado del fuego, que a su vez le enseña a la gente que en primer lugar deben quejarse de sus destinos, a parte de tantas otras cosas.

La ira tiene cualidades ocultas. –Nuruddín ¿Dónde está? Es una persona tan tranquila… mientras no se le pise el rabo. Siéntate aquí. ¿Pero hay gente con rabo? Aparentemente no, pero cuando Satanás entrena a alguien y está contento con él le pone uno (¿no dijo el Profeta la paz sea con él – quien se asemeja a un pueblo se vuelve uno de ellos?).

Allah le había ordenado a Satanás que fuera y se postrara ante Adán y allí le pisó el rabo oculto que tenía y explotó de ira a Allah –astaghfirullah. Hay algún tirano hoy en día cuyo rabo da la vuelta al mundo, los hay de 70cm y de 70 metros, pero el del demonio da siete vueltas al mundo sin omitir un solo lugar. Os encontráis pues con personas que parecen muy tranquilas, pero si les pisáis el …, os causarán incontables problemas.

Shaitán propone: - Oh, hijos de Adán, tengo para vosotros un poder oculto, sin gastos ni contadores (no como la electricidad), es libre, venid y usadlo quien quiera.... Sin embargo esta ira quema quien la usa, primero su fe luego su ser físico. Sólo ponedle a un iracundo un espejo delante que vea la máscara tan fea que le han puesto… y si se muere en ese instante se va al infierno.

Para impedir la gratitud Shaitán presenta infinitas causas de descontento:

-¿Por qué será mi pelo así? -¿por qué no tengo una nariz diferente? (algunas señoras) –quiero ser menos gruesa, quiero unos ojos europeos, o algunos europeos estúpidos: -quiero unos ojos africanos. Cuando deberíamos estar tan agradecidos por uno sólo de los favores divinos.

Mirad, alguien tenía un burro. Le cargó, le montó, le dio puntapiés y encima le pegaba… y el burro no decía nada. Pero una vez Allah le dio permiso para hablar y el asno se volvió: -oh, mi amo, puedes hacerme sufrir tanto, pero viene un día futuro, el Día del Juicio Final, y yo exigiré justicia; tu pégame todo lo que quieras, que ese día te montaré yo y te devolveré todo lo que me has hecho. Entonces se apeó el amo: -¡Perdóname mi burro! Perdón. Se echó los bultos a su propia espalda y dejó correr al burro libremente.

Al menos agradeced que no sois burros; o ratas. Temed Allah que en un segundo os podría convertir en una rata. Mirad el espejo y decid: -Gracias mi Señor por darme un diseño humano. Hay en esto suficiente razón para la gratitud-

La fuente de la ira es la insatisfacción por lo que Allah te ha dado. Más y más quejas convierten la vida en un infierno y traen la ira. Dejadlo y os encontraréis en el paraíso. Contentaos con lo que Allah ha escogido para vosotros- hombre o mujer, blanco o negro, gordo o flaco, trabajador o ministro. Quien se queja tiene un rabo como Shaitán y no os fiéis aunque ahora esté tranquilo… porque es un seguidor y un representante de Satanás que está enfadado con su Señor hasta el Juicio Final.

Nadie dice: -Oh mi Señor, que gran placer es ser Tu siervo y recibir tus infinitos favores, danos más y haznos estar más satisfechos contigo. Entonces os haría estar más contentos todavía y os introduciría en Sus infinitos océanos de perfectos atributos divinos. Sin embargo cuando te quejas, -¿qué te hace saber que ese estado o tal posición que anhelas realmente es bueno para ti?

Oh gente, sed siervos del Señor tranquilos y no causéis problemas, dejad de quejaros y alcanzad así los océanos de misericordia y la infinita gracia de vuestro Señor Allah el Altísimo.


(Lefke, 1.7.04)

No hay comentarios: