1 de mayo de 2008

EL SAGRADO CORAN NO ES PRODUCTO DE LA MENTE

Sheij Nazim Al Haqqani


Su Guía es para toda nación. Incluso si nuestro idioma difiere de la lengua árabe, Allah Todopoderoso hace posible, sin embargo, que todos y cada uno de nosotros pueda recitar el Sagrado Corán del mismo modo que los árabes lo hacen. Esto es un don de Allah Todopoderoso a todas las naciones. Es una bendición.
Otro de sus innúmerosos favores es que los musulmanes pueden memorizar los versículos del Sagrado Corán. Es imposible para cualquier otra nación el poder recitar su Libro Sagrado sin tenerlo delante. En cualquier ceremonia cristiana o judía siempre han de recitar su libro leyéndolo. Esto significa que esos libros no han penetrado en sus corazones. Si algo no está grabado en tu corazón, no te lo podrás aprender de memoria.
El poder de las otras religiones ha terminado. No entran en los corazones. Sin embargo, el Islam está como el primer día, no envejece, siempre joven y poderosamente activo.
Es un milagro que un niño de diez años pueda aprenderse el Sagrado Corán de memoria, y recitarlo de principio a fin. Si no fuera un Libro Sagrado, ¿cómo sería esto posible? La mayoría de las personas que se saben el Sagrado Corán de memoria no son árabes. ¡6.666 versículos! ¡114 azoras! La gente común tiene problemas incluso para memorizar los títulos de las azoras.
¿Porqué no han empezado los cristianos a mirarlo, todavía? Sus obispos, o incluso el Papa, o el Patriarca de Turquía, deberían empezar a leerlo. Si leyeran tan sólo dos líneas, verían que el Sagrado Corán viene del Cielo, y no son palabras de un hombre, un profeta.
Estuve en Alemania el pasado año, y estábamos sentados, y cuento esta historia para dar alguna certidumbre sobre la autenticidad del Sagrado Corán a los no musulmanes, cuando llegó un anciano poeta y editor se me acercó. Traía consigo un libro que contenía poemas escritos por él. Abrió el libro y comenzó a leer uno de sus poemas. Le dije que cerrara el libro y continuara recitando. No pudo, a pesar de haberlo escrito él mismo.
¿Cómo es posible que la gente no pueda ver el milagro de que Muhammad, la paz sea con él, una persona que no sabía leer ni escribir, pueda recitar seiscientas páginas, 6.666 versículos, de memoria? Nunca fue a la escuela, nunca aprendió a leer o a escribir y, sin embargo, la gente insiste en que él escribió el Sagrado Corán. Si lo hubiera escrito él mismo, ¿podría habérselo aprendido entero de memoria? Cualquier otro libro que se sepa “de memoria” sufriría cambios cada vez que intentes recitarlo de nuevo. Cambiaría una y otra vez y, tras diez veces, nunca volvería a ser como el original.
¿Cómo es posible que Sayyidina Muhammad* pudiera recitarlo exactamente en la misma forma en que se lo transmitió el Arcángel Gabriel? ¡Oh, cristianos! ¡Oh, judíos! ¡Oh, infieles!: Debéis saber que el Sagrado Corán no es producto de una mente humana. Fue transmitido por el Señor, a través del Arcángel Gabriel, a su Último Mensajero.

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