LA PREGUNTA MÁS TONTA DE TODAS

Sheij Nazim Al Haqqani

Ante todo, debe uno atestiguar la existencia del Creador. Existe por si mismo. La creación no puede sostenerse por sí misma. No hay criaturas en otros planetas, en el Sol, en la Luna, en las estrellas, o en las galaxias. Pero en este planeta hay incontables criaturas. Ninguna de ellas puede sostener por sí misma su existencia. Si alguien afirma poder hacerlo, que salga aquí.

Nuestra existencia es posible a través de la Suya. Venimos y aparecemos a través de su Luz. Todas las criaturas son creadas. El Creador les ha dado la existencia. Cuando quiera retirarles la existencia, puede hacerlo. Hay un Creador. El Creador debe existir por sí mismo. Si alguien le hubiera dado la existencia, se vería rebajado también al nivel de simple criatura.

Todo alcanza el punto donde hay que admitir que tiene que haber habido un Creador. La pregunta más estúpida que puede hacerse es: ¿Quién creó a Allah? Quien creó a Allah, debe ser Allah. Es así de sencillo, y así de importante. Sin duda, quienquiera que tenga algo de raciocinio debe admitir Su existencia. Es una tontería decir que no hay dios. Si no existiera, tampoco existiríamos nosotros. Esta es una verdad evidente.

Si no existiese un creador, ¿de dónde vendrían las criaturas? ¿De mundos desconocidos , acaso? ¿Cómo es posible que haya quien se embarque en la estúpida discusión acerca de si hay un creador o no? ¿Por qué no piensan antes? Ven que nuestra creación empieza en el seno materno. ¿Quién te ha puesto en el vientre de tu madre? ¿Tu padre, tu madre, o un artista que te retrató allí? O el polluelo en el huevo: nadie toca el huevo, sin embargo de él sale un polluelo. ¿Es acaso obra de un mago?

La gente ha perdido el sentido común. Tiene que haber alguien que haya creado todo esto. No podéis verle, y no es necesario verle o tocarle. ¿Puede alguien tocar la electricidad? Sin embargo esta puede usarse. De manera que, ¿porqué discutir acerca de si hay un creador o no?

Él existe desde la pre-eternidad hasta la eternidad. No puede retirársele la existencia, a diferencia de todo lo demás. Nadie puede llevárselo. Él es el primero y el último. No hay sitio para un segundo. Es su especialidad el vivir por siempre. No es un cuerpo muerto. Está vivo. Su existencia no tiene límites. Es sólo uno. Ve todo sin ojos. Oye todo sin oídos. No los necesita. Esto es parte de sus atributos divinos. Él es único.