14 de mayo de 2008

Algo elemental

Sheij Nazim Al Haqqani

Bismillahi’r-rahmani’r-rahim


Durante unos chequeos que me hicieron, estuve conectado a unos aparatos, unos instrumentos de esos que ahora se usan en los hospitales, y me decían que me tumbe, o que estuviera de pie, o que hiciera lo que me diera la gana.

Ahora bien, aquí lo que tenemos es un encuentro espiritual auténtico y autorizado, no de imitación, y también tiene lugar un chequeo diario, para ver a dónde hemos llegado o qué es lo que nos hace falta. En aquellos chequeos los instrumentos le indican al médico como sube eso o baja lo otro en el paciente y así le ajusta el tratamiento.

¿Cuánta gente habrá en esta mesa? Pues estamos atendiendo, y no se pide nada a cambio, al tratamiento celestial que baja a la tierra a través del Santo Profeta, la paz sea con él, y nuestro Grancheij, que hará lo necesario para vosotros que estáis aquí escuchando o dormidos, no importa. En este breve tiempo habrá por lo menos una cura espiritual.

Sucede que un gran depósito de agua tiene el grifo cerrado y oxidado, pero se le aplica fuerza y su contenido sale con tal vehemencia que se lo lleva todo; a veces estos tratamientos son así y ocurre una purificación para todos, una purificación que hace falta.

Es conocimiento celestial que trajeron los profetas y enseñaron sus seguidores, que somos poseedores de una estructura física que se compone de cuatro elementos, tierra, aire, fuego y agua. Así nuestra vida empieza, es vivida y se termina. Y que tenemos la orden de mantener estos cuatro elementos en sus posiciones verdaderas correspondientes para que no se mezclen con algo inadecuado a su naturaleza, y guardar su equilibrio. Si este se pierde, los elementos se alteran y posteriormente se vuelven el uno contra el otro, para aparecer finalmente los signos del fin de nuestra existencia física.

El equilibrio de los cuatros elementos es vital, y de su pérdida vienen todos los problemas que sufre el ser físico. Alguien desarrolla demasiado este elemento o el otro, uno ni siquiera aparece o no tiene ningún derecho, y se establece el caos que llega a acabar con la vida corporal.

En los hospitales tratan de curar tantas enfermedades y dolencias que achacan al hombre hoy en día, pero no miran a los verdaderos principios que ha usado el Creador de nuestra estructura, y pretenden sanar sin esta armonia. Los médicos utilizan gran cantidad de medicinas entre pastillas y inyecciones, y te informan de que esto vale para aquello, pero que a la vez produce unos perjuicios en otro lado, los efectos secundarios. Al curar con algo que simultáneamente daña otros órganos demuestran que no saben nada del equilibrio de los elementos. El desorden causado incita a los elementos a combatirse mutuamente, y finalmente te comunica el médico, que lo único que se puede hacer es operar. Es decir cortar, abrir, extraer y tirar…¡Yahuu!

Si esto es un reloj y deja de funcionar, ¿lo abriríamos, le sacaríamos un engranaje y lo tiraríamos, diciendo que está mal? Pues de esta manera a veces “sobran” riñones, o el hígado, un pulmón, o se exige una operación a corazón abierto. O te plantean que hay un gran problema –tenemos que abrir el cerebro y ver los que hay dentro-. Aducen que quieren ayudar a una persona y solo le causan más problemas. Estas cirugías que dicen ser inevitables producen la abertura de un agujero en nuestro ser físico que se va haciendo más y más grande, llegando al punto que se disculparán y dirán -¡cómo lo sentimos! Hicimos todo lo posible, pero… el pobre está acabado…¡pónganlo en la UCI! Esto es el fin, o el principio del fin.

Cobrad y dejadle morir. Coger, tomar y cobrar. No han aprendido la verdadera manera de curar ni la buscan. Ignoran las condiciones de las que habla el conocimiento divino, las niegan y lo ven todo con unas gafas materialistas. Y quien pierde el equilibrio en los cuatros elementos está acabado … Allahu akbar.

Todas las religiones trajeron unas reglas con obligaciones y prohibiciones. La gente se lo toma en broma cuando los mandamientos divinos dicen haram y halal. ¿Por qué estas limitaciones? ¡Que nos dejen vivir como nos dé la gana, comiendo y bebiendo lo que querremos! Este es el nivel de los animales, mentes vacías y anti-cabezas. Todas las reglas que han venido del cielo son para que se guarde la proporción entre los cuatros elementos. Quien cuide de ellas ni estará enfermo ni caerá bajo el dominio de su ego, pero quien no lo haga y use lo prohibido, perderá el control sobre sí mismo. Creen que alcanzarán un placer, ¡pero no! Desde su niñez empiezan a destruirse, a destruir el equilibrio de sus elementos físicos, que habría sido protegido a través del respeto a las reglas divinas, salvándolos de todo perjuicio. Como cuando se les dice que, habiendo bebido durante la comida, hay que aguantarse hasta una hora después sin beber, o que hay que beber sentados. No les importa, pero todo respecto nuestra vida física está reglamentado, para el bien de esta ponderación que al rechazarla se estropea del todo.

Pero lo más importante es la situación para nuestro ser espiritual. Éste necesita la perfecta mesura de los cuatro componentes para ser puro y esta tajliya, purificación, es el primer paso en el desarrollo de nuestro ser espiritual y el alcance de las posiciones celestiales.

Cada tariqa utiliza métodos diferentes para lograr esta tasfiya, la armonía perfecta de las cuatro sustancias, de manera que todas corran en sus canales particulares sin que el uno invada al otro. Todas las reclusiones que practican las tariqas son para establecer amistad entre estos elementos, que cuando corran en la misma dirección estarán preparados para su viaje celestial, su vuelo a las posiciones celestes.

Estamos aquí un pequeño número de personas y el Grancheij nos hace pasar una o media hora juntos, y esto nos ayuda a que se ajusten nuestras naturalezas y se logre el dicho equilibrio elemental. Este tipo de instrumento espiritual sirve a estas combinaciones en nuestro ser real y el movimiento hacia el cielo.

De tan en tanto lanzan cohetes al espacio. ¿Cuántas veces serán revisados y controlados por los ingenieros, a ver si algo está mal, haciendo sus informes? Hasta que el responsable de estos controles declare: -Listo para el despegue. No penséis que os podéis mover solos de la tierra al cielo. El Grancheij hace las pruebas, luego el Santo Profeta decide –este está listo para alcanzar sus amanta, lo que tenía prometido, está OK. Entonces viene este poder espiritual, reviste esta persona y ya se puede mover.

Normalmente se asume que amru’d-diyana, la importancia de la religión, sea algo muy simple, y aún diría la mayoría, que no sirve para nada, que es inútil. Ni interesa ni se preocupan. No obstante, sus elementos entrarán en conflicto e irán yendo bajo tierra, serán enterrados. ¡Oh gente! Preocupaos más por vuestro ser físico, que es la estructura sobre la que se ha montado vuestro ente espiritual. Aunque no os lo imaginéis, realmente la realidad de cada uno está armada sobre su organismo material como la nave espacial encima de su plataforma de lanzamiento, que aunque siempre se quede abajo, sin ella no despega ningún cohete. Tiene que estar 100% preparada esta base, si no sucedería como tantas veces que el lanzamiento falla y la nave se estrella.

Quizás haya ahora 124.000 awliya que son conscientes de este punto y piden permiso para darle una apertura a la humanidad antes de que aparezca el imam al-Mahdi y baje Isa, la paz sea con ambos. ¡Que Allah nos perdone y nos conceda más atención en estos puntos importantes! O perteneceremos a estos millones que serán cadáveres. Entre centenares de miles o millones sólo hallaréis uno o dos, que cuando se destapan sus tumbas después de cien o mil años se les encuentra igual como al morir, sin corromperse, los demás serán cadáveres putrefactos. ¿Queréis ir a la Presencia Divina como cadáveres teniendo la oportunidad de ir en un vestido celestial? ¡Que Allah conceda, por el honor de Rasulu’Llah, que todo se arregle para la humanidad!


(Lefke, 29.6.04)

1 comentario:

Amatulquddus dijo...

As salamu alaykum. ¿Cuándo empezarás a contar el cómo? Estoy ansiosa... insha Allah.
Hermana... publica también la charla que habla sobre el profeta iletrado sws... por favor!! Es preciosa.